Convulsiones Del Lóbulo Frontal En Niños
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LO QUE NECESITA SABER:
¿Qué es una convulsión del lóbulo frontal?
Una convulsión es una ráfaga de actividad eléctrica anormal en el cerebro de su hijo. Una convulsión del lóbulo frontal comienza en el lóbulo frontal del cerebro. Este se encuentra en la parte frontal del cerebro, detrás de la frente de su hijo. Esta parte del cerebro controla muchas funciones. Una convulsión del lóbulo frontal se llama una convulsión focal porque comienza en una parte del cerebro de su hijo. La convulsión puede durar menos de 30 segundos y podría ocurrir mientras duerme. Esta podría ser simple o compleja. Simple significa que su hijo permanece consciente de su entorno. Compleja significa que su hijo pierde la conciencia. La convulsión puede convertirse en una convulsión tónicoclónica generalizada (gran mal). Esto puede causar que su hijo convulsione.
¿Qué aumenta el riesgo de mi hijo de tener convulsiones del lóbulo frontal?
- Epilepsia (trastorno que provoca convulsiones repetidas)
- Antecedentes familiares de epilepsia, especialmente epilepsia autosómica dominante nocturna del lóbulo frontal
- Antecedentes de convulsiones febriles (causadas por una fiebre alta)
- Un traumatismo craneoencefálico o un tumor cerebral
- Una infección en el cerebro, como la meningitis
- Cicatrización en una parte del cerebro causada por una lesión pasada, incluidas las lesiones del nacimiento
- Problemas con los vasos sanguíneos en el cerebro, o un derrame cerebral
¿Cuáles son los signos y síntomas de una convulsión del lóbulo frontal?
- Movimiento de la cabeza y los ojos hacia un lado
- Dificultad para hablar, o gritar obscenidades
- Reír sin razón
- Posturas rígidas o que parecen como si su hijo estuviera luchando contra alguien
- Mecer el cuerpo o empujar las caderas
- Quedarse mirando y sin responder cuando se le habla
- Hacer movimientos como si estuviera masticando o tragando, o saborear algo que no es real
- Miedo o cambios en el estado de ánimo
¿Cómo se diagnostica una convulsión del lóbulo frontal?
El médico de su hijo le hará preguntas sobre las condiciones de salud y los medicamentos de su hijo. Si su hijo tiene la edad suficiente, pídale que describa cómo se sintió antes y después de las convulsiones. Incluya detalles sobre el costado del cuerpo de su hijo que parecía más afectado. Infórmele al médico qué tan cercanas fueron las convulsiones de su hijo si tuvo más de una. Su médico le pedirá que describa detalladamente cada convulsión. Si no observó la convulsión, intente concurrir acompañado de una persona que haya presenciado el episodio. Su hijo también podría necesitar cualquiera de los siguientes:
- Un EEG registra la actividad eléctrica del cerebro de su hijo. Se usa para encontrar cambios en los patrones normales de la actividad cerebral de su hijo. Una convulsión del lóbulo frontal podría no aparecer en un EEG. El médico de su hijo podría hacer una videograbación mientras duerme. La combinación de EEG y videograbación puede ayudar a diagnosticar una convulsión del lóbulo frontal.
- Una tomografía computarizada (TC) o imágenes por resonancia magnética (IRM) para verificar si tiene áreas anormales o tumores. Le pueden administrar a su hijo un medio de contraste para ayudar a que su cerebro se muestre mejor en las imágenes. Informe al médico si su hijo alguna vez ha tenido una reacción alérgica al medio de contraste. No permita que su hijo entre a la sala de la resonancia magnética con ningún objeto de metal. El metal puede causar lesiones serias. Informe al médico si su hijo tiene cualquier metal en o sobre su cuerpo.
- Una tomografía por emisión de positrones (TEP) se utiliza para observar la actividad en las áreas del cerebro de su hijo. Se le administra a su hijo un material radioactivo que ayuda a que los médicos observen mejor la actividad.
- Una tomografía computarizada de emisión por fotón único utiliza material radioactivo para encontrar el lugar donde la convulsión comenzó en el cerebro de su hijo. Se puede realizar esta tomografía si otras exploraciones no muestran dónde comenzó la convulsión.
¿Cómo se trata una convulsión del lóbulo frontal?
El propósito del tratamiento es tratar de detener las convulsiones de su niño por completo. Su hijo podría necesitar cualquiera de los siguientes:
- Los medicamentos ayudarán a controlar las convulsiones de su niño. Su niño también puede llegar a necesitar medicamentos de uso diario para evitar convulsiones o incluso medicamentos de uso durante una convulsión para detenerla. No permita que su hijo deje de tomar este medicamento a menos que un médico se lo indique.
- La cirugía podría ayudarlo a reducir la frecuencia con que suceden las convulsiones si el medicamento no ayuda. Pídale más información al médico de su hijo.
¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo a evitar una convulsión?
Es posible que no pueda evitar todas las convulsiones. Lo que se detalla a continuación puede ayudarlos a usted y a su hijo a mantener bajo control los factores que pueden provocar el inicio de una convulsión:
- Haga que su hijo tome el medicamento antiepiléptico todos los días a la misma hora. Esto también ayudará a evitar los efectos secundarios del medicamento. Ponga una alarma que les sirva a usted y a su hijo de recordatorio.
- Ayude a su hijo a controlar el estrés. El estrés puede provocar convulsiones. La actividad física puede ayudar a su hijo a reducir el estrés. Pregúntele al médico de su hijo sobre la actividad física que es segura para el niño. Una enfermedad puede ser una forma de estrés. Ofrézcale a su hijo una variedad de alimentos saludables y suficientes líquidos durante una enfermedad. Hable con el médico de su hijo acerca de otras formas de manejar el estrés.
- Establezca un horario y una rutina para ir a dormir. La falta de sueño puede provocar una convulsión. Anime a su hijo a acostarse y levantarse a la misma hora todos los días. Mantenga la habitación de su hijo en silencio y a oscuras. Hable con el médico de su hijo si tiene dificultad para dormir.
¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo a manejar las convulsiones del lóbulo frontal?
- Lleve un diario de las convulsiones. Esto puede ayudarlo a encontrar los factores que le provocan las convulsiones a su hijo y a evitarlos. Los posibles factores desencadenantes incluyen enfermedades, falta de sueño, cambios hormonales, luces y estrés. Escriba las fechas de las convulsiones del niño, dónde estaba cuando ocurrieron y lo que estaba haciendo. Incluya cómo se sentía el niño antes y después de la convulsión.
- Anote cualquier aura que tenga su hijo antes de una convulsión. El aura puede ocurrir segundos antes de una convulsión o hasta una hora antes. Su hijo puede sentir, ver, escuchar u oler algo. Los ejemplos incluyen el aumento de la temperatura en parte del cuerpo de su hijo. Su hijo puede ver un destello de luz o escuchar algo. Puede tener ansiedad o sensación de déjà vu. Si su hijo tiene un aura, incluya el episodio en el diario de las convulsiones.
- Pregunte sobre las precauciones de seguridad debe tener su niño. Pregúntele al médico si su hijo adolescente puede conducir. Es posible que su hijo adolescente no pueda conducir hasta tanto haya dejado de tener convulsiones durante un tiempo. Deberá revisar la ley de donde vive su hijo. Además, pregúntele al médico de su hijo si el niño puede nadar y bañarse. Si tiene una convulsión en el agua, su hijo puede ahogarse o sufrir un daño cardíaco o pulmonar potencialmente mortal.
- Haga que su niño lleve una identificación de alerta médica. Haga que su hijo use un brazalete o un collar de alerta médica o que lleve consigo una tarjeta que indique que tuvo convulsiones. Pregunte al médico de su niño dónde usted puede conseguir esos artículos.
- Hable con los funcionarios de la escuela acerca de las convulsiones. Informe a los maestros de su hijo y otros funcionarios de la escuela qué esperar durante y después de una convulsión. Su hijo puede tener problemas para concentrarse o recordar por unos pocos días después de una convulsión. Colabore con los maestros de su hijo para asegurarse de que no se atrase en la escuela. Es posible que su hijo también tenga problemas de comportamiento o cambios en el estado de ánimo. Ayude a los maestros de su hijo a entender cómo ser pacientes con su hijo.
¿Qué debo saber acerca de que mi hijo deje de tomar los medicamentos?
El médico de su hijo puede ayudarlo a entender y a tomar decisiones sobre los medicamentos anticonvulsivos. No deje de administrar los medicamentos a su hijo hasta que su médico lo autorice a hacerlo. Su hijo deberá estar libre de convulsiones durante cierto tiempo, por ejemplo de 18 a 24 meses. Entonces, usted y el médico pueden decidir si su hijo debe seguir tomando el medicamento. El médico reducirá la dosis de su hijo a lo largo de un determinado período. Las convulsiones pueden volver a ocurrir mientras su hijo deja de tomar el medicamento, o después de dejarlo. En raras ocasiones, estas convulsiones ya no responden a los medicamentos. Pruebas como el electroencefalograma pueden ser útiles para que usted y el médico de su hijo tomen decisiones sobre los medicamentos.
¿Cómo pueden las demás personas mantener seguro a su hijo durante una convulsión?
Deles las siguientes indicaciones a los familiares, los amigos, las niñeras, los funcionarios escolares y los compañeros de su hijo:
- No entre en pánico.
- No sujete al niño ni le ponga nada en la boca.
- Cuidadosamente guíe al niño de manera que quede acostado sobre el piso o una superficie suave.
- Acueste al niño de costado para ayudar a evitar que se trague la saliva o el vómito.
- Proteja al niño de las lesiones. Quite los objetos cortantes o duros de la zona, o protéjale la cabeza.
- Afloje la ropa alrededor de la cabeza y el cuello del niño.
- Cronometre la duración de las convulsiones. Llame al 911 si una convulsión dura más de 5 minutos o si el niño tiene una segunda convulsión.
- Quédese con el niño hasta que termine la convulsión. Deje que el niño descanse hasta que esté completamente despierto.
- Realice maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) si el niño deja de respirar o si no puede sentirle el pulso.
- No le dé al niño nada para comer ni beber hasta que esté completamente despierto.
Llame al número de emergencias local (911 en los Estados Unidos) en cualquiera de los siguientes casos:
- La crisis de su hijo dura más de 5 minutos.
- Su hijo tiene una segunda convulsión en el término de 24 horas después de la primera.
- Su hijo tiene dificultad para respirar después de una crisis.
- Su hijo tiene diabetes y tiene una crisis.
- Su hijo tiene una convulsión en el agua, como en una piscina o una tina.
¿Cuándo debo buscar atención inmediata?
- Su hijo sufre una lesión durante una convulsión.
¿Cuándo debo llamar al médico de mi hijo?
- Su hijo siente que no es capaz de afrontar el hecho de que tiene convulsiones del lóbulo frontal.
- Las convulsiones de su hijo empiezan a ocurrir con más frecuencia.
- Su hijo se siente confundido por más tiempo de lo usual después de haber convulsionado.
- Usted tiene preguntas o inquietudes sobre la condición o el cuidado de su hijo.
ACUERDOS SOBRE SU CUIDADO:
Usted tiene el derecho de participar en la planificación del cuidado de su hijo. Infórmese sobre la condición de salud de su niño y cómo puede ser tratada. Discuta las opciones de tratamiento con los médicos de su niño para decidir el cuidado que usted desea para él.Esta información es sólo para uso en educación. Su intención no es darle un consejo médico sobre enfermedades o tratamientos. Colsulte con su médico, enfermera o farmacéutico antes de seguir cualquier régimen médico para saber si es seguro y efectivo para usted.Further information
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